martes, 14 de junio de 2011

Los alimentos transgénicos



La Ingeniería Genética es la ciencia que hace posible la modificación y mezcla de genes de distintas especies que naturalmente jamás podrían unirse, pero que a partir de esa fusión se consiguen nuevos organismos mucho más resistentes como la obtención de vegetales modificados genéticamente; los cuáles son mucho más resistentes a herbicidas, a condiciones ambientales agresivas como las heladas y sequías y  sus defensas contra plagas e insectos son mucho más potentes. Las razones para la modificación genética de los alimentos han sido varias, tal como explica la doctora Flora Luna, representante del Colegio Médico del Perú.

La modificación genética, pues, apunta a la obtención de mayor vida comercial de los productos. El primer alimento modificado por la ingeniería genética y para el consumo masivo fue el tomate “Fravr Savr” que 1994 fue modificado por primera vez para que resistiera por más tiempo después de madurar. Luego, vinieron las modificaciones genéticas de la soja, el algodón, el maíz, la papa. En el caso del maíz se le ha hace más resistente al ataque de insectos, la papa es potenciada para hacerla más resistente a los virus; en el caso de las uvas se han conseguido una nueva variedad de semillas, etc.
No obstante, esas modificaciones que hacen al producto mucho más resistente o que los hace más proteicos como supuestamente es el caso de la soja que resulta ser más nutritiva y menos alérgica, pueden traer a mediano  o largo plazo problemas serios de salud. No se sabe aún qué trastornos podrían traer a nuestro organismo, pero se han hecho importantes investigaciones en mamíferos que acrecientan las sospechas de que los daños pueden ser más grandes que los beneficios.

En vista de que se está en duda y que según la Organización Mundial de la Salud no está siendo controlado el proceso de los transgénicos, tal como recordó el presidente de ASPEC Crisólogo Cáceres en conferencia de prensa,  existe un principio adoptado mundialmente que es el principio “precautorio”, el cual afirma que si hay dudas sobre los riesgos que pueden traer para la salud de los consumidores algunos productos, las autoridades competentes deben adoptar medidas necesarias para proteger a los consumidores del daño potencial que podrían sufrir en adelante. Pues el peligro más grave que entrañan los productos transgénicos es que se desconocen las consecuencias de su utilización lo que se suma a la desinformación de los consumidores siendo derecho de estos saber qué es lo que llevan a sus hogares para alimentarse y alimentar a los suyos.
Mientras que en países como Brasil los proveedores de productos transgénicos sí indican en sus etiquetas cuáles son los productos con organismos genéticamente modificados, aquí en el Perú el artículo 37 del Código del Consumidor que indica que ““Los alimentos que incorporen componentes genéticamente modificados deben indicarlo en sus etiquetas” debió hacerse efectivo desde el 02 de abril de 2011; no obstante, aún no salen los productos indicando si son o no transgénicos pues un anteproyecto pretende darles un plazo de 365 días más, para que recién puedan cumplir con dicho artículo, lo que puede perjudicar seriamente a la población que día a día consume alimentos transgénicos y no lo sabe. Así es como enfatiza el presidente de ASPEC Crisólogo Cáceres en conferencia de prensa anunciando que en el Perú ya consumimos alimentos transgénicos y no lo sabemos.

Es necesario que pronto todos los productos indiquen en sus etiquetas si son o no transgénicos, para así, hacer una elección mucho más libre y hacernos responsables de lo que consumimos. Por otro lado, es necesario resaltar la importancia de leer las etiquetas de todos los alimentos que consumimos y enterarnos de sus porcentajes de grasas, calorías, entre otros componentes para así ser más conscientes de lo que nos llevamos a la boca día a día.



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