martes, 14 de junio de 2011

La pirateria discográfica en el Perú



La Asociación de Productores Fonográficos  Independientes del Perú fue formada en abril de 2004, una asociación civil sin fines de lucro, integrada por Julio Andrade Producciones, Music Group del Perú, Andes Producciones, Dolly JR Producciones, por mencionar sólo a algunos de sus socios integrantes; cuya finalidad es fomentar la industria fonográfica en el Perú, brindándole las facilidades tanto en el aspecto jurídico como facilitando las herramientas para la grabación y por supuesto, luchar contra la piratería discográfica en el país.

Lo cierto es que gracias al avance de la tecnología la música se ha vuelto de dominio de todos, pues fácilmente se puede acceder a ella a través de internet y esto mismo alimenta la piratería en nuestro país. El precio alto, el deseo irrefrenable de contar ya con la última producción de nuestro cantante favorito y no obstante, reconocer que  esta necesidad no es más que una necesidad secundaria y superflua ante un precio tan elevado, pueden ser  los motivos suficientes que lleve a más de uno a acudir a uno de los cientos de puestos de discografía pirata existente en el centro de Lima y en distintos puntos de la ciudad.

Para muchos este comercio ilegal se ha convertido en el sustento diario de sus familias, quienes por diferentes caminos han llegado a estabilizar su situación laboral y financiera con la compra y venta de música y películas pirata.
No obstante, a pesar de esa piratería que parece invencible y de las nuevas generaciones que crecen con el hábito de escuchar música en USB y ya no más en un soporte como el CD, existe en lima una tienda de discos originales, Phandom, que hace alrededor de diez años logró imponerse al clima caótico de la industria discográfica en el país.

Lalo Ponce y Juan Carlos Romero apuntaron a un mercado pequeño que se resistía a la piratería, amaba la música y más bien consumían cd’s originales. Así fue como nació este establecimiento que comenzó en los supermercados Wong y ahora cuenta con sus propias tiendas. Para Ponce la clave está en apuntar a un público al que si le interesa la calidad y poniendo en marcha su estrategia de fidelización para que se estabilice o crezca.  De la misma postura son las otras tiendas discográficas que apuntan a un público específico y por ende más exigente en el consumo de estos productos.

A fines del pasado mes de abril, en la semana de la propiedad intelectual, INDECOPI destruyó medio millón de discos piratas decomisados en diversos puntos de Lima; este fue uno de  muchos esfuerzos que se están haciendo por combatir ese mercado ilegal que lastima nuestra economía, por lo que la Asociación Internacional de Propiedad Intelectual a previsto retirar al Perú de la lista de observación en la que se tiene a todos aquellos países en los que la piratería es un serio problema.

Una de las salidas que propone Martín Moscoso de Indecopi  es que las empresas se reinventen en un mercado cambiante y apunten a las necesidades específicas según los estratos socioeconómicos, creando precios bajos y a medida de cada necesidad.
Pero qué duda cabe que ese círculo vicioso que hace la piratería sólo va a terminar el día que los consumidores decidan ser tan exigentes con la calidad y autenticidad de estos productos como lo son, con la de cualquier otro.





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