jueves, 25 de agosto de 2011

Drogas ilegales



Existen diferentes formas de clasificar las drogas. Una de ellas es la clasificación  según sus efectos sobre el Sistema Nervioso Central; las hay de tres tipos.  Las drogas depresoras que inhiben el funcionamiento del SNC y enlentecen la actividad nerviosa, sus efectos son la relajación, somnolencia, el sueño. A este primer grupo pertenecen los opiáceos, la marihuana, el alcohol, etc.

En el segundo grupo están las drogas, que por el contrario, estimulan el Sistema Nervioso Central e incrementan las funciones corporales, pertenecen a este grupo los derivados cocaínicos, la cafeína, anfetaminas, etc.
Y el tercer grupo lo conforman las drogas alucinógenas que generan un estado de conciencia alterado y deforman la percepción; también son denominadas perturbadoras del sistema nervioso central. En este grupo encontramos al LSD, peyote, drogas sintéticas, etc.

Como dijimos al principio, ésta fue la clasificación según sus efectos en el SNC, pero también está la tan conocida clasificación de drogas legales e ilegales. Las primeras, son las socialmente aceptadas y que se comercializan libremente como el alcohol y el tabaco; y  las ilegales son aquellas no aceptadas socialmente y cuyo tráfico es ilícito. Las drogas cocaínicas, la marihuana y drogas sintéticas pertenecen a este grupo.

Enterémonos, ahora, un poco más sobre algunas de ellas, según estudios de CEDRO. La marihuana ocasiona distorsiones mentales que acompaña la intoxicación y una vez que la sustancia llega al cerebro produce una sensación eufórica;  los efectos del clorhidrato de cocaína varía según la cantidad y grado de adulteración con otras sustancias; la pasta básica de cocaína genera temprana dependencia y se caracteriza por la compulsión y consumo acelerado; los inhalantes son solventes volátiles, aerosoles o gases que producen deshidratación, euforia, alteraciones del lenguaje, etc.

Las drogas de síntesis, quizá las menos conocidas, son sustancias sintentisadas en laboratorios clandestinos que producen sustancias con efectos más potentes que las drogas tradicionales. Contrario a lo que se cree estas drogas lejos de ser inofensivas, producen daños cerebrales importantes, así como problemas de tipo orgánico y psicológico; el éxtasis es una droga considerada de consumo marginal, sin embargo, ya se ha comprobado que lo usan estudiantes de colegio y universitarios, sus efectos son la locuacidad, bienestar, euforia, sensación de placer. Esta ha sido una breve descripción de algunas de las drogas ilegales más consumidas en nuestro contexto; pero ¿cuál es la situación actual del consumo de estas drogas en nuestro país?

De acuerdo a un último estudio –del año 2010- realizado por CEDRO, que implicaba una encuesta en los hogares del país, sobre una base de 6 mil hogares a nivel nacional y tomando para la muestra a dos personas por hogar con edades entre los 12 y 64 años; prevalece el consumo de drogas sociales como el alcohol y el tabaco con un 87% y 56% respectivamente; mientras que el consumo de drogas ilegales lo encabeza la marihuana con un 5.62%, seguido de las drogas cocaínicas  con un 2.62%; no obstante aunque aparentemente parezca poco, si se suman los porcentajes de los que consumen o han consumido al menos una vez en su vida drogas ilegales el porcentaje aumenta considerablemente.

La marihuana es la droga que más consumen los jóvenes entre 19 y 24 años, siendo el tipo de droga que más se consume en la selva seguído de Lima Metropolitana.

Por otro lado, no hay que olvidar que la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) presentó en el mes de julio el tercer estudio nacional “prevención y consumo de drogas en estudiantes de secundaria 2009”, que reveló que el consumo de drogas en los estudiantes subió en más del 18%. Resultados inquietantes que llevan tanto a Devida como a las autoridades competentes y a los MMCC exhortar a los padres que estén atentos a los posibles cambios de conducta de sus hijos, porque sólo así se podrá evitar la adicción.

El subempleo en el Perú



El crecimiento económico del Perú en los últimos años ha sido bastante satisfactorio pese a la crisis internacional. No obstante esta bonanza,  siempre resulta inquietante saber cómo va el clima laboral ya que muchos, a pesar de los años de crecimiento sostenido, no han visto reflejado este crecimiento en sus situaciones laborales concretas.
Según el informe anual de la situación laboral en el país hasta el año 2009, realizado por el Ministerio de Trabajo, la población inactiva la constituyen alrededor de 5 millones de personas; mientras que ha sido un importante paliativo para no sentir la crisis internacional en el ámbito laboral, el autoempleo, por el que optan miles de peruanos, creciendo éste hasta un 14.6% dentro de la Población Económicamente Activa.
     
La informalidad  ha sido  siempre la ruta alternativa por la que han buscado salidas muchos peruanos, rasgo característico de la sociedad peruana, que todavía es difícil erradicar; no obstante, todo parece indicar que el nivel de empleo adecuado en el Perú ha seguido creciendo en los últimos meses en un 2.2%, aunque con tendencias a desaceleración por la crisis internacional, pero no hay que perder de vista que todavía falta mucho para terminar con la informalidad y el subempleo, pues según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática sobre el empleo en el Perú hasta el año 2009, de las personas que tienen empleo el 9.8% está subempleada por horas y el 43% por ingresos. En Lima el 90% de la Población Económicamente Activa, está empleada pero el subempleo es del 40%.

        Largas horas de trabajo, baja remuneración, falta de protección social y acceso al sistema de pensiones, contratos verbales, son las magras condiciones en las que muchos peruanos trabajan y, a veces, en complicidad con sus empleadores, pues éstos les explican que no pueden ofrecerles todos los beneficios por ley, y ante la dificultad para encontrar un empleo mejor, cientos y miles de personas acceden y comienzan a formar parte del grupo de subempleados.

En las condiciones del subempleo la mano de obra no se aprovecha en su totalidad o también sucede que la persona se ve forzada a emplearse en algo inferior a lo que se preparó, como es el caso de los jóvenes profesionales, quienes se emplean en trabajos para los que no se han preparado y están sobreevaluados, lo que defrauda a la idea preconcebida de que a mayor nivel educativo, mejores ofertas laborales.
Es bueno que el crecimiento del empleo sea sostenible hoy en día en el país, pero no cabe duda que ahora el resto es disminuir el subempleo y mejorar las condiciones laborales para que cada día sean más los peruanos no sólo con ocupación sino con un trabajo digno.

               



La situación del transporte interprovincial en el Perú



Al servicio de transporte interprovincial en nuestro país aún le falta un gran trecho para brindar un servicio optimo y seguro.  Un parque automotor con alrededor de 6 mil unidades y un flujo aproximado de 72 millones de pasajeros al año, dan lugar a  opciones informales que lo único que consigue es el bien inmediato y el riesgo serio de la propia vida.

La mala costumbre de recoger pasajeros en plena carretera y fuera de los terminales o paraderos autorizados, la subida arbitraria de la tarifa de transporte sea cual fuere el destino por motivo de festividades, unidades de transportes de pasajeros que no retransmiten la señal GPS y la inconsciente complicidad del usuario al no tomar serias precauciones cuando va a salir de viaje a las provincias, optando por el menor costo y deseando llegar pronto a su destino sin importarle si la empresa le garantiza algún tipo de seguridad, son los factores que aumentan los asaltos en las carreteras y los accidentes, entre otros considerables contratiempos.

Medidas como el Plan tolerancia cero,  la Creación del Sistema Nacional de Inspecciones Técnicas, el Sistema de Control y Monitoreo de Vehículos en Ruta, no serán suficientes si no existe una cultura vial que tanto los empresarios del servicio de transportes de pasajeros a provincias, como los choferes y usuarios, asuman un comportamiento preventorio y de auto protección.
La ampliación de rutas y mejoramiento de las vías de comunicación son claves para ofrecer un servicio óptimo que además no malgaste el tiempo del viajero. Rutas congestionadas, recogida de pasajeros en pleno viaje hacen que el tiempo de transporte sea más largo y, por lo tanto, más agotador no sólo para los pasajeros sino para el conductor.
El sur del país representa el más alto flujo de pasajeros con un 47% del total, seguido del norte con un 40% y luego del centro con un 12%. Las empresas líderes del mercado de transporte interprovincial son las que más accidentes en carreteras han presentado entre julio y diciembre de 2010 debido a flota y frecuencias, de acuerdo a últimos datos del Ministerio de transportes y comunicaciones.

Existen actualmente, alrededor de 342 empresas de transporte interprovincial muchas de ellas sin permiso autorizado y hace menos de una semana la Comisión Permanente del Congreso, aprobó un proyecto de ley que autorizará que autos colectivos puedan dar servicio de transporte interprovincial; esta nueva medida podría poner en riesgo la seguridad del viajero así como podría ocasionar una congestión vial. El consejo de transportes se opone a dicho proyecto, por las razones ya señaladas.
Autoridades, empresarios, conductores y, sobre todo, usuarios, tienen hasta el día de hoy un reto por mejorar y optimizar el servicio de transporte interprovincial, hacerlo  ordenado y más seguro porque de éste depende en gran medida también, otros rubros como el turismo.


Los seguros de vida



Los planes y proyectos humanos se realizan a la sombra de lo imprevisible, ¿cómo saber si antes de verlos cumplidos estaremos o no?  Y es frente a esta ineludible situación cuando surgen las empresas de seguros como alternativa de protección frente a todo lo que puede ocurrir.
Por mucho tiempo se estimaba que para contar con un seguro de vida había que estar en óptimas condiciones económicas y que sólo quienes estaban en esa situación podían ya pensar en protegerse de los probables embates del destino; pero ahora que cada vez son más los productos y servicios que se hacen accesibles a todo tipo de situaciones, el planteamiento de contar con una protección frente al futuro, se hace posible y real.

Muchas personas no saben que un seguro de vida es una opción financiera que mediante un cronograma de cuotas programadas a lo largo de determinado tiempo, que reciben el nombre de primas, procura un ahorro o desembolso económico importante en caso de accidente, enfermedad o muerte.  De esa manera, si uno enferma, se accidenta o muere podrá contar con un respaldo económico que le ayude a sobrellevar el incidente o dejar a sus deudos con la tranquilidad de una ayuda económica.
En el Perú hay alrededor de diez empresas aseguradoras líderes en el mercado que ofrecen todo tipo de coberturas y facilidades. Hay compañías, por ejemplo, que ofrecen seguros que permiten recuperar la contribución si la persona sobrevive el tiempo de cobertura, estos son los seguros temporales y por supuesto, están los vitalicios, cuyas primas son indefinidas. También están los seguros como el SOAT, que es un seguro obligatorio para casos de accidentes de tránsito, seguros para el hogar, seguros de viajes, etc.

Los seguros se pueden elegir de acuerdo a la edad, a los objetivos que se tengan y las circunstancias actuales en las que se esté. Lo importante es tener en cuenta no sólo sus beneficios sino también sus limitaciones, pues estos suelen sorprender y crear desconcierto a la hora en que se los necesita. Por ejemplo, siempre hay confusiones con las coberturas de los seguros por accidentes, éstos no cubren si la enfermedad es pre existente o si esa enfermedad específica no figura en su lista de cobertura; lo mismo ocurre en los casos de accidentes causados por la práctica de deportes que ponen en riesgo la vida y más aún si se trataron de intentos de suicidio.
Contar con un seguro es una medida sensata de proteger a la familia, los proyectos, los bienes y a uno mismo de situaciones imprevistas, pero lo importante es informarse bien antes de adquirir una cobertura, estudiar cuál es la que le sería más conveniente y qué beneficios específicos tiene para no llevarse sorpresas en el momento que la necesidad apremie.



El menú de cada día



Todos los días a partir de la una de la tarde miles de peruanos hacen una pausa y salen de sus oficinas y centros de trabajo dirigiéndose a  uno de los cientos de restaurantes que suelen haber a la redonda.
A su paso encuentran menús para todos los gustos, la mayoría de ellos criollos, los hay unos menos sofisticados que otros, de acuerdo al lugar que les permita su presupuesto.  El menú suele remitir a un concepto casero y económico, pues está hecho para el diario vivir, para los días comunes y corrientes en los que durante la jornada laboral apenas hay un tiempo para comer.
Están los menús del restaurante de la esquina, con el pizarrón de tiza que anuncia: ‘el menú de hoy’: frejoles con estofado, sopa o entrada, refresco. S/7.50; los restaurantes de comida rápida como Mc Donald, KFC, Bembos que a esas horas apena se dan abasto; la comida preparada que venden los supermercados en bandejas apetecibles y que se compra al peso; las pollerías, pizzerías y por supuesto, los restaurantes a la carta.
Estos últimos años el costo del menú ha ido incrementándose paulatinamente, hoy un menú promedio está entre los S/. 7.50 y los S/14.00 de acuerdo al distrito donde se esté.
Pero, ¿qué componentes tienen esos menús que no sólo deben tapar el hambre sino alimentar? Se sabe que la comida peruana es rica en carbohidratos, por lo que  el lado débil de nuestro estilo alimenticio está en la falta de verduras y fibras.

Un menú criollo un día cualquiera puede estar compuesto por una sopa de verduras o una palta rellena de entrada, como plato de fondo un estofado, como postre una porción de gelatina y de refresco un vaso de jugo de limón. Todo esto por S/7.50. El precio puede subir si el lugar es el Centro de Lima o Miraflores.
Si la entrada es una ensalada de verduras ésta suele servirse con mayonesa o vinagreta, lo que la convierte en un plato calórico. El postre, si es que lo hay, bien podría ser una fruta, no obstante estos no suelen ser del gusto de los comensales. El plato de fondo peruano siempre lleva arroz lo que hace que muchas veces se encuentre con la papa, el tubérculo rey de la cocina peruana.


La comida rápida es otra alternativa para los limeños que apenas tienen una hora para almorzar. Las ambuerguesas o nuggets  junto a las papas fritas,  que además de saciar el hambre son del placer y deleite de la mayoría, tienen un alto contenido de grasas y calorías. El consumo diario de estos alimentos puede, tarde o temprano, dañar la salud.
Pensar antes de comer, leer las etiquetas de los productos, elegir bien un menú diario en el que no falte una fruta ni verduras, son los caminos que nos llevarán no sólo a disfrutar de los alimentos cada día, sino a vivir saludablemente.