viernes, 28 de octubre de 2011

Alternativas para compartir con los niños


Hace dos semanas, abordamos el problema de la ludopatía infantil y quedó demostrado que este problema surge cuando los niños van creciendo sin la entera dedicación y cariño de sus padres así como sin reconocer los límites y reglas sin los cuales es imposible  una vida sana y ordenada.
Nuestro invitado, el doctor Roberto Lerner, manifestó que para evitar que los niños caigan en la ludopatía como en cualquier otro tipo de dependencia desordenada había que ofrecerles alternativas, de tal modo que ellos no encuentren a los videojuegos como su única diversión.
Ahora bien, para encontrar esas alternativas y ponerlas al alcance de nuestros niños, hay que hacer algo que cuesta a más de un adulto: Prestarles atención, esto es, ingresar a sus mundos y participar con ellos, entenderlos e interesarnos por sus cosas.
A estas alturas, a muchos cuesta reconocer que la generación infantil de hoy es la de los ‘nativos digitales’; niños que nacieron en la era de la cibernética y que ser empáticos con ellos, supone interesarnos por el mundo virtual y audiovisual en todas sus variantes tanto tecnológicas como de contenidos.

El tiempo es otro factor clave a la hora de proponerse cerrar filas con los chicos e ingresar en sus vidas. No basta con tener dinero, comprarles cosas o dejarlos abandonados a su suerte frente a la televisión, los videojuegos, internet o los brazos de una nana, que por buenos que sean, sin la compañía de sus padres, resultará siempre infructuoso y hasta peligroso.
Ya una oyente señaló que fue testigo de cómo en una sala de cine local a horas de una película para mayores de 14 años, había en ella niños menores, probablemente en compañía de adultos que los cuidan pero que no son sus padres.
 Las claves, entonces, para encontrar esas alternativas son: el interés y el tiempo; pero, ¿cuáles serían esas alternativas? El doctor Lerner señaló que una de las tantas alternativas sería buscar videojuegos interesantes que, con asesoramiento, podrían resultar hasta beneficiosos para los pequeños; ya que no se trata de restringir totalmente el uso de estos juegos o satanizarlos; pues, lo mismo ocurrió con nuestra generación y la televisión.
Además de llevarlos a centros y lugares de esparcimiento como teatros, cine, talleres y demás puntos de diversión y enseñanza, tal como señala la profesora Carmen Lezama; compartir sus juegos y pasar ratos con ellos en casa, es especialmente provechoso.
Y aquí, un dato de ayuda: Liz Murga, es ejemplo de una dedicada madre de familia de tres niños que, no conforme con buscar las mejores opciones en cuanto a espacios y eventos para compartir con sus hijos, creó una interesante página web llamada “lima para pequeños”, que sirve a miles de padres como guía y agenda para organizar su vida entera junto a sus chicos, y de esa manera entregar el tesoro más grande que puede dar un adulto como muestra de amor a un niño: Su tiempo y permitirse crecer interiormente junto a sus hijos y verlos crecer; para luego, impulsarlos, como  a palomas, a volar rumbo al cumplimiento de su misión en la vida.

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